Este mes en la historia de Miami Beach: Cómo empezó Miami Beach: un plano, un plan, una visión Julio de 1912
Mucho antes de convertirse en un destino de renombre mundial por su arte, arquitectura e innovación, Miami Beach era poco más que un banco de arena silvestre salpicado de manglares, matorrales de palmito y algunos campamentos de pesca dispersos. Esto empezó a cambiar en julio de 1912, cuando los hermanos John Newton Lummus y James Edward Lummus presentaron el primer plano oficial para desarrollar terrenos en la isla barrera frente a la Bahía Vizcaína.
En aquel entonces, la isla era prácticamente inaccesible. Para viajar se necesitaba un barco y no había ningún puente que la conectara con tierra firme. Aun así, los hermanos Lummus, ambos prominentes empresarios y exalcaldes de Miami, vieron un potencial sin explotar. Se asociaron con el empresario Carl G. Fisher, pionero de la industria automotriz estadounidense y hábil promotor, para fundar Ocean Beach Realty Company. Su objetivo era transformar el terreno en un destino turístico de primer nivel.
La presentación del plano permitió a la empresa comenzar a subdividir el terreno para su venta y desarrollo, lo que marcó el inicio oficial de Miami Beach como comunidad planificada. Su visión era ambiciosa. Imaginaban una ciudad que atraería a visitantes adinerados del norte, atraídos por la promesa del sol, la brisa marina y un escape de los fríos inviernos.
La construcción del Puente Collins comenzó poco después y finalizó en 1913, conectando Miami con la isla y facilitando el acceso por carretera al desarrollo. Esta nueva conexión impulsó un rápido crecimiento. El 26 de marzo de 1915, la ciudad de Miami Beach se constituyó oficialmente, con John N. Lummus como su primer alcalde.
En sólo dos años, la zona experimentó tal expansión que la ciudad se reincorporó como la ciudad de Miami Beach el 1 de mayo de 1917. Había evolucionado desde una visión especulativa a una ciudad establecida y en crecimiento con identidad propia.
La presentación de ese plano en julio de 1912 representa más que el inicio de un proceso legal. Marca el momento en que un paisaje agreste y desestructurado se reivindicó como posible. Lo que siguió no fue solo desarrollo, sino la creación de una ciudad que inspiraría arte, innovación y generaciones de crecimiento.
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